domingo, 21 de octubre de 2007

El diablo manco


El caso es que empecé con él y pensé mientras lo hacía "ser diablo no tiene que molar nada", suena obvio pero necesitaba visualizarlo y cuando terminé, lo ví y sonreí de medio lado (como Eastwood) confirmando mi absurda teoría.
Y ahora que os doy la posibilidad de visualizarlo conmigo, analicemos la escena: de entrada, llevar unos cuernos como esos (da igual el motivo que nos haga portadores) ya es una putada, por no hablar de tener patas de carnero, orejas de punta, un rabo que termina en flecha y las uñas largas. Pero lo peor de todo es estar todo el día en llamas, ya sé que hay gente que trabaja así, (bomberos, creativos de publicidad...) pero no con el torso desnudo caramba!.
Y para terminar, una reflexión para que veáis como trabaja el subconsciente: una vez que terminé el dibujo (sí, sí, después de sonreír de medio lado) me dí cuenta de que le había hecho manco, no sé por qué, en serio, el caso es que le había confeccionado una venda desde la que supuraba la herida. ¿Que quise decir con ello? ¿debo asustarme de mi mismo?.
Creo que la explicación más plausible (menos para este diablo, que obviamente no puede aplaudir) es que todo lo que imaginé acerca del diablo se queda corto. Por lo tanto amiguitos, como decía E.T. "ser buenos".

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